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__ lunes, 27 de diciembre de 2010 ;


Abre los ojos. ¿Oyes lo que yo oigo? ¿Lo notas? ¿Ves como tu cuerpo se levanta del suelo, aturdido y aún en sueños? Escúchales gritar, reír, llorar, hablarte como si tú fueras consciente de ello. Mírales a los ojos, son de verdad, están ahí, ¿no lo recuerdas? ¿No puedes verles? ¿Sentirles?
Escucha atentamente. El plato roto retumba en tu cabeza de verdad. Cae al suelo de verdad, y los trozos rotos que observas desde arriba se han roto de verdad. ¿Entiendes lo que te digo? ¡Has vuelto! ¡Has vuelto! ¡Has vuelto! Y ellos están contigo. Te abrazan. ¿Lo notas? ¿Les oyes? ¿Les oyes? ¿...s oyes? ¿... oyes? ¿... es?

Abre los ojos. ¡No era real! No hay nadie aquí. No están, ¡no están desde hace mucho tiempo! ¿Sientes ahora el vacío? ¿El miedo? ¿La nostalgia? ¿El remordimiento, la duda, el nudo en la garganta? Sí, ese mismo. El que conoces tan bien. Con el que despiertas cada día. Con el que vives y que nunca desaparecerá. Y el que sabes que, aun ocultándolo en lo más hondo de tu ser, siempre volverá aparecer. ¿Quién puede borrar el pasado? ¿Quién puede...? ¿Quién...?

"La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse" (Roger Martín du Gard)

Written...bY *M@gic@l An@i$* *
 A laS: 20:29 ;


__ miércoles, 15 de diciembre de 2010 ;


-Oiga, Horwitz -le dije-. ¿Pasa usted alguna vez por el lago de Central Park?
-¿El qué?
-El lago, ya sabe. Ese lago pequeño que hay ahí. Donde están los patos. Ya sabe.
-Sí. ¿Qué pasa con ese lago?
-¿Sabe? ¿Esos patos que hay siempre nadando ahí? En la primavera y eso. ¿Sabe por casualidad adónde van en invierno?
-Adónde va, ¿quién?
-Los patos. ¿Lo sabe por casualidad? Quiero decir, ¿viene alguien a llevárselos a alguna parte en un camión, o se van ellos por su cuenta, al sur o algo así?
......El tal Horwitz se volvió en redondo para mirarme. Era uno de esos tíos que no tienen ninguna paciencia. Pero no era mala persona.
-¿Cómo demonios quieres que lo sepa? -dijo-. ¿Cómo demonios quieres que sepa una estupidez así?
-Bueno, no se enfade por eso -dije. Estaba enfadado o algo así.
-¿ Quién se enfada? Nadie se enfada.
......Dejé de hablar con él ya que se tomaba las cosas tan a pecho. Pero fue él quien empezó otra vez la conversación. Se volvió otra vez en redondo y dijo:
-Los peces no se van a ningún sitio. Se quedan donde están. Ahí, en el maldito lago.
-Lo de los peces es diferente. Los peces son diferentes. Yo hablo de los patos -dije.
-¿Cómo que es diferente? No es nada diferente -dijo Hortwiz. Siempre que decía algo sonaba como si estuviera enfadado por algo-. Es peor para los peces, el invierno y todo eso, que para los patos. A ver si pensamos un poco, rediós.
......Durante un minuto no dije nada. Luego dije:
-Bueno. ¿Qué hacen los peces cuando todo el lago es un bloque de hielo y la gente patina encima y todo eso?
......Hortwiz se volvió otra vez:
-¿Cómo que qué demonios hacen? -me gritó-. Se quedan donde están, rediós.
-No pueden hacer como si no hubiera hielo. No pueden hacer como si nada.
-¿Quién hace como si nada? Nadie hace como si nada -dijo Hortwiz. Estaba tan excitado que me dio miedo que fuera a estrellar el taxi contra una farola o algo así-. Viven dentro del hielo. Es la naturaleza de ellos, Santo Dios. Se quedan helados en la postura que sea para todo el invierno.

El Guardián entre el Centeno (J.D. Salinger)

Written...bY *M@gic@l An@i$* *
 A laS: 22:15 ;